Crucificad la luz: algunos poemas de «Locos», de LMP

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Pilar,
marcharon tus ojos
en el yunque de la vida.
Lo que queda allí
acaso lo recuerde
la sombra en la pared
o el viento.
Lo que queda allí
ya no es de nadie
y todo su ser es patrimonio del viento.

***

Animal engalanado
rostro que en el pus se inscribe
rostro para nada, queja sólo para el viento
como cae Ícaro en el cuadro de Brueghel
en Antonello da Messina: virgen
sólo para los labios, dolor para nada y para nadie, y
sólo para que el poema se escriba, para que el
ciervo dance en este agujero cruel, guarida
del gusano y rostro para el cierzo.

***

Crucificad la luz.
Entre la mieses y la muerte
un relámpago asombra.
Crucificad la luz. Adonde ya no hay nada
ríen las mandíbulas, secas.

***

Triturad el tritón para que con su savia
para que con su agua, para que
la luz no llegue al poema.
Entre palabras y ruidos
un animal se esconde. En la bahía
asoma el cruel rostro de la nada.

***

El poema como un pus
como el grito de mis ojos
como la sombra en el suelo
de Peter Pan, que los otros
pisotean sin verla
en el suelo del espíritu
en el infierno aún más atroz de lo blanco.

***

El poema hecho trizas
desnudo cae de mi mano
polvo en los labios, y muerte
cuando aparezco en tus ojos.

***

Un animal huye a través del laberinto
dejando sólo un rastro de baba
en que habita el poema.

***

para Sol, con afecto

La luz en rosa,
el cielo que cae de mi mano
el infierno de dos sombras
para el alma este abanico.

***

para Sol, con afecto

(2.a versión)
La luz en rosa
el cielo cae de mi mano
bajo el papel en blanco la sombra
polvorienta de un enano.

***

Pálido el viento en las nubes
recorre todo lo escrito: me escucho
debajo del papel, y sobre él me miro
cosa redonda en mis pupilas.

***

Judas,
el único crimen es la memoria
que te arrastra hacia la muerte:
el horror de un crimen
en tus abiertos ojos.

de Locos (1995, 2da edición)

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